Comenzar el viaje en casa de Elio fue un golpe de suerte. Su entusiasmo nos cautivó desde el primer momento. Antes de viajar no tuvo problema en aconsejarnos en todo aquello que necesitábamos. Cuando llegamos a la Habana parecía que ya nos conociéramos. En casa de Elio nos sentimos desde el primer momento como en casa de un familiar o amigo. Si buscas conocer de cerca el modo de vida de los cubanos, estás en el sitio perfecto. La localización es ideal para recorrer la Habana a pie, el desayuno abundante y cuidado al detalle y lo mejor de todo es que volverás a España con un gran amigo. Nosotros nos sentimos tan bien en su casa que incluso volvimos al final de nuestro viaje por Cuba. Imposible ser mejor anfitrión, Elio, muchas gracias por todo. Ya te echamos de menos!

Iliana vive en una preciosa y acogedora casa, aunque, sin duda, lo mejor de todo son ella y su marido Albe, dispuestos a ayudarte en todo lo que necesites. Una pequeña puerta corredera de plástico separa las habitaciones de huéspedes del resto de la casa. No dudes en decirle que la deje abierta si lo que quieres es interactuar con ellos. Iliana estará encantada. Es una persona abierta, servicial y que irradia energía positiva. Al cabo de poco ya nos sentíamos como en casa, riéndonos juntos de las anécdotas del día, lavando ropa en su pila (la cual nos encontramos seca y dobladita cuando volvimos) y hasta nos dió un botecito con betadine para el viaje porque Víctor se había hecho una herida. No dudéis en probar su desayuno, espectacular y con un toque especial y diferente de otras casas: galletas de Viñales y flan, ñami!!! Muchas gracias por todo Iliana y Albe, no os olvidaremos.