Ely nos acogió como si fuesemos de la familia y nos trató estupendamente. Nos ayudó a conseguir trasporte desde el aeropuerto, nos dió muchas recomendaciones para visitar La Habana y nos buscó transporte y alojamiento en Trinidad. Además, nos enseño la vida nocturna de La Habana y nos acompañó a una excursión a Las Terrazas lo que nos permitió salir de los circuitos turísticos y conocer la zona desde el punto de vista local. La situación de la casa es perfecta para explorar La Habana. La habitación: sencilla, limpia y cómoda. El desayuno, sabroso y abundante. Las charlas con Monchi y con el tío Raúl fueron interesantes y enriquecedoras. Y la cachánchara de Trocadero 111, ¡mejor que la original! Sin duda, la casa de Ely será nuestro alojamiento en nuestra próxima visita a La Habana.